miércoles, 31 de marzo de 2010

FERRATA CASTILLO DE PEÑAFLOR (HUESA DEL COMÚN)

31 de marzo de 2010:

En esta ocasión nos vamos a acercar hasta Huesa del Común (Teruel) para darnos el baño bautismal en el mundillo de las vías ferratas. Adjunto un enlace donde encontraréis información detallada de cómo llegar y un buen croquis para localizar la vía en cuestión: deandar.com

Salimos de Zaragoza y en una hora y media o así nos plantamos en Huesa, hay que dejar el coche a la salida del pueblo, antes de cruzar el puente, en un pequeño ensanche de la calzada.
Pasaremos por el parque (donde hay info sobre las vías de escalada y senderos de la zona), cruzamos un puente ‘romano’ y un merendero (muy bien acondicionado, con leña y parrillas para hacer una buena costillada).


Andaremos paralelos al riachuelo


hasta llegar a estos chopos


donde descenderemos al cauce y lo cruzaremos por un improvisado puente de madera


y en unos pocos metros más nos plantamos al pie de la ferrata


Se trata de una ferrata sencilla y corta, ideal para iniciación, bien equipada y que en unos 20 minutos nos lleva hasta los mismos muros del castillo que domina Huesa.















Lo mejor sin duda ninguna son las vistas que nos ofrece esta fortaleza:




El regreso al Parque se efectúa por un senderito que desciende unos metros en dirección al pueblo, y luego gira a la izquierda, a media ladera, buscando una zona rocosa por la que destrepar ayudados de una cadena.

Conviene retomar de nuevo el sendero del río para dirigirnos a la segunda ferrata de la zona, muy próxima a la del Castillo (Ferrata del Amadeo)


Un poquito de historia: Castillo de Peñaflor, Huesca del Común:

Dominando el cerro rocoso que se eleva por encima de Huesa, nos encontramos con los restos de lo que fue un importante centro militar durante los siglos XI -XIII. Tiene una historia interesante que valdría la pena conocer, para disfrutar más de su visita (historia y descripción extraídas de www.castillos.net)

Mencionado en el Cantar del Mío Cid con el nombre de Ossa, el castillo fue tomado por el Cid en 1082, y más tarde pasaría a poder musulmán, dependiendo probablemente de la taifa de Zaragoza. Posteriormente fue reconquistado por Alfonso I en 1120, según unas fuentes, o por Ramón Berenguer IV, según otras. En cualquier caso, en mayo de 1154 queda constancia de su primer teniente, Galindo Jimenez. En 1209 la fortaleza fue empeñada por Pedro II pero más tarde volvió a la Corona. Varios siglos más tarde, en 1838, el castillo de Peñaflor estuvo en manos de las tropas carlistas al mando del General Cabrera.

Se trata de una fortaleza de carácter táctico encaramada en sorprendente equilibrio sobre los riscos de la sierra turolense de Anadón, en el Sistema Ibérico. Se mantienen varios lienzos de muralla perfectamente conservados, que contrastan con otros restos menos favorecidos por el paso del tiempo. Por el lado sur es inexpugnable, gracias a la labor erosiva del río Aguas Vivas. El lado norte desciende de forma más suave hasta el pueblo, quedando protegido, al parecer, por dos murallas laterales hoy desaparecidas.

Las ruinas actuales se componen de varios lienzos de muralla y dos torres cuadradas situadas una en cada extremo, una de las cuales se cubría con bóveda de crucería de ladrillo, albergando un depósito en su interior. Junto a ésta, se adosa una estancia abierta con bóveda de cañón apuntada. En una de las paredes se aprecia una curiosa ventana con un orificio perfectamente circular tallado en una sola piedra a la que en el pueblo gusta llamar el corta cabezas.

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